sábado, 5 de agosto de 2017

Save Me → CAPITULO I ←


“Algún día”


La ambulancia iba a toda velocidad por las grandes y concurridas calles de Seúl, la sirena sonando para que los autos se movieran, los paramédicos tratando de detener aquel sangrado,  pasándose cada instrumento que miraba aquel chico, que se mantenía aferrado la mano de su pequeño novio,  sus pequeños ojos no se despegaban de aquel cuerpo que se mantenía en la camilla. Tratando de mantenerse despierto.
     Pronto llegaremos amor, solo un poco más—
Beso el dorso de la mano, su pequeño novio lo miro para cerrar los ojos y volver abrirlo, quería decirle que estaba bien, pero se sentía tan débil, que por más que trataba de mantener los ojos abiertos se le hacían pesado.
     Tenemos que apresurarnos, está perdiendo pulso—
Dijo uno de los paramédicos, el de pequeños ojos se alarmo y miro a su amado como trataba de cerrar los ojos, se acercó a él para acariciar su cabello sin soltar su mano.
     Hyunnie, mírame — dijo desesperado, el mencionado abrió sus ojos para mirarle— recuerdas nuestra historia—
Miro a su pequeño novio como sonreía de alado, a pesar de traer aquel respirador podía observas aquella brillante sonrisa.
     Sigue hablando, lo mantienes despierto — dijo el paramédico mientras buscaba otro aparato—
El de pequeños ojos se mantuvo observando a su pequeño novio como había derramado una lágrima.
     Cariño, ¿recuerda cómo nos conocimos?  — pregunto el de pequeños ojos—
WooHyun asintió, manteniendo aun sus ojos puesto en aquella persona que lo había salvado, aquella persona que le había cambiado y mostrado otro mundo.
Otro mundo donde era feliz y le había mostrado lo que era sentirse amado por una persona. Sonrió al recordar aquella forma como se habían conocido, aquel día que le había cambiado la vida por completo, porque ese día jamás se iba arrepentir de ir aquella azotea y tratar de suicidarse.
Sunggyu tampoco se iba arrepentir de ir aquella azotea para desahogarse, porque si su novio no lo hubiera engañado aquel día no hubiera conocido a WooHyun.
Sunggyu levanto un poco la vista para mirar el hospital, miro a su amado para dedicarle una sonrisa, soltó aquella mano cuando WooHyun había pasado las puertas de la sala de urgencia, dejando a Sunggyu mirando aquella puerta, sintiendo su pecho estrujarse, deseando que su pequeño amado saliera bien de aquella operación y sobre todo aquella creatura que se iba a convertir en su pequeño hijo.
Sunggyu se dejó caer contra la pared, recordando todo los momentos buenos como malos que habían pasado los dos, el día en que había conocido a WooHyun, sonrió para sí mismo, aquellos momentos los mantendría en su memoria.
~*~
~10 meses antes~

POV WOOHYUN

Corrí por toda la escuela tratando de alejarme de aquella pandilla que se mantenían haciéndome bromas, Miré sobre mi hombro como me perseguía con aquellas burlonas sonrisas que siempre se cargaban.
     Ven para acá marica,  solo queremos jugar contigo —
Grito uno de ellos, negué para seguir corriendo, me alegraba de que tenía buena condición, logre pasar por todo los estudiantes que solo se hacían a un lado para evitar un accidente, algunos solo me miraban y se reían de mí.  Logre dar vuelta en un pasillo y esconderme en el lugar del conserje, el único lugar donde yo podía entrar, gracias a él.
     ¿Dónde se ha metido? — pregunto uno de ellos—
Me encogí en aquel sitio tratando de ocultar mi sollozo, no quería que volvieran a lastimarme, trague mi sollozo al escuchar su voz, la única persona que sabía de mi problema, la única que se había encargado de esparcirlo por todo el colegio.
“— WooHyun es un fenómeno, puede crear bebes—“
Recordar aquella palabras me hacía recordar las burlas de mis compañeros, riéndose de mi por aquel problema que me cargaba, aquel problema que había hecho mi vida miserable, si mi madre nunca le hubiera dicho a su madre esto nunca hubiera pasado.
Era un fenómeno, un fenómeno que nadie quería acercarse a mí, no tenía amigos, todos me miraban como un adefesio, deje soltar un jadeo por el llanto que contenía, dejando que las lágrimas salieran, escuche la puerta como se abría para mirar al conserje que me miraba confundido.
     De nuevo por aquí joven Nam —
Lo Miré con una sonrisa llena de tristeza, para levantarme y hacer una reverencia, susurrándome que tenía que contarle al director pero no tenía caso solo iba provocarme que mis padres se enojaran conmigo.
Miré todo el pasillo vacío, ya todos se habían ido, me encamine hasta mi salón para no mirar mi mochila, ellos de nuevo la habían tomado y sabía qué lugar estaría. Me encamine hasta la fuente de la escuela para ver todas mis cosas regadas. Viendo algunos compañeros como reían al verme en aquel estado.
     Adiós fenómeno—
Comento una de las chicas, y escuchar las risas de mis compañeros, tome mi mochila para aguardar mis cosas e irme de ahí, sin contar que ahí ellos me esperaban en el callejón. Sentí cada puño en todo mi cuerpo.
     Esto es por hacernos correr — comento uno de ellos—
Sentí una patada en mi estómago, mirando al dueño que me la había dado.
     Un adefesio como tú, no debería de existir —
Escuche sus risas para mirarles irse, como pude me levante del suelo, tenía que llegar a tiempo antes de que mis padres me vieran de aquella manera,  tome mis cosas, sintiendo un dolor en mi estómago, algunas personas me miraban confundidas, otras me preguntaban si estaba bien.
¿Compasión? O ¿pena? Era lo que menos quería, me quede ido al ver a mis padres como habían llegado, me miraron por unos momentos, mirando de arriba abajo, para ver a mi padre dándome una mirada molesta.
Me adentre con ellos, para mirar cómo se despedí de su secretario diciendo que después hablaría con él, me quede viendo a mi madre como negaba y se acomoda en el mueble, sirviéndose una copa de vino, escuchando como mi padre azotaba la puerta y se adentraba.
Sintiendo el primer golpe en mis pantorrillas, obligándome arrodillarme ante ellos.
     No puedo creer que aparte de salir deforme seas un debilucho —
Comento mi padre molesto, sirviendo un poco de vino, para tomárselo de una y arrojar aquella copa por aquel comentario de mi madre.
     Tú tienes la culpa, de seguro alguien de tu familia era un fenómeno — comento molesta—
     Ningún de mi familia lo es—
Grito mi padre, ¿acaso les importaba un poco? Era su hijo, no piensan que cada uno de aquellas palabras me hería.
     Te dije que lo dejáramos en el orfanato pero no —
     Crees que mi imagen seria bien al dejar a este estúpido chamaco en un orfanato, pronto tomare el mandato de la presidencia—
Miré a mi padre acercarse para patearme en mis muslos, sintiendo como caía, mis lágrimas no dudaron en salir, mirando más la molestia en sus ojos.
     Los hombres no lloran — comento molesto para darme otro golpe—  pero olvide que tú eres un fenómeno —
Miré como se dejaba caer al sillón y llamaba a uno de los guardias.
     Llévelo a su habitación, no lo quiero ver —
Sentí como me levantaban con brusquedad y aventarme a mi habitación, me levante como pude tratando de llegar a mi cama, sintiendo todo mi cuerpo adolorido.
¿Cuánto más? Cuanto tendré que soportar todo esto, deje salir un sollozo por mi llanto, ya no me importaba si ellos me escuchaban, aunque lo dudaba no por nada mi habitación era en aquel sucio ático que tenía la casa.
Me quede por uno minutos bocabajo, tratando de pensar que hacer, ¿irme? ¿A dónde me iría? Cerré mis ojos por unos momentos, recordando lo que mi abuela me había dicho, la persona que me había dado un poco de cariño, la persona que me dijo que era especial.
¿Especial para quién? A nadie le gustaba que un hombre pudiera dar vida a alguien más, ¿acaso dios se equivocó de cuerpo?
“— Namu, no hagas caso lo que te digan tus padres, tu eres especial y algún día encontraras esa persona que te amara tal y como eres—“
¿Persona? Nadie me amaría, nadie le gustaría tener a un fenómeno como su pareja, me incorpore de la cama para mirar por la ventana, viendo como mis padres salía de la casa, me encamine hasta mi baño para sacar aquella cuchilla que tenía, levante las mangas de mi camisa, tome la cuchilla para llevarla a mi brazo.
Tenía que hacerlo así podía irme de este mundo, el rostro de mi abuela apareciendo en mi mente, haciendo que dejara caer aquella cuchilla, me deje caer al suelo.
Era un cobarde, no podía ni siquiera matarme, una vez lo había intentado, pero mi abuela me había salvado.
“— no lo vuelvas hacer cariño, no le des felicidad a nadie por desaparecer—“
Pero ya no sé cuánto tiempo más aguantaría más acosos, más maltratos, ya no quería seguir viviendo, ¿acaso algún día encontraría aquella persona especial?
Solo esperaba que sí y esperaba encontrarla antes de que decida irme de este mundo para siempre.


                                 LISTA DE CAPÍTULOS                  SIGUIENTE CAPITULO

No hay comentarios:

Publicar un comentario